Hoy en clase vimos un vídeo acerca de la posición de las mujeres en la ciencia en el pasado, narrado mediante dos ejemplos principales: Cecilia Payne y Annie Jump Cannon. La segunda, bastante mayor que la primera, inicialmente se dedicaba a trabajar para el catálogo estelar de Henry Draper con otras mujeres, a las que este llamaba "computadoras", pero los otros hombres se referían despectivamente hacia ellas como el "harén de Draper". Sin embargo, fue en este puesto donde Cannon realizó casi todos sus descubrimientos, comparándolos con las otras científicas. Ella descubrió más de 300 estrellas, les dio nombre y las clasificó según su espectro en la primera categoría, y según las variables de este en una subcategoría. Tiempo después en su vida apareció Cecilia Payne, una joven inglesa que, antes de mudarse a los Estados Unidos, no había tenido la oportunidad de estudiar. Payne aportó bastante a la investigación de Cannon, principalmente porque fue ella quién descubrió que "los espectros" de las estrellas, en realidad estaban clasificados de más cálido a más frío. De su propias teorías descubrió que las estrellas estaban compuestas principalmente de hidrógeno, y no de metales, y según esto escribió Atmósferas estelares, considerada la más brillante tesis astronomía jamás escrita. Sin embargo, esta fue rechazada, y Payne, que cedió a la presión, tuvo que negar su propia teoría. No fuer hasta años más tarde que su tesis fue reconocida, pero a favor, se puede decir que desde un primer momento se le atribuyó a Payne.
Cecilia Payne y Annie J. Cannon
Desde siempre, las mujeres han estado menos favorecidas en la mayoría de los aspectos de la Historia. Entonces, cuando no una, si no un grupo, se atrevieron a dedicarse a la ciencia, un trabajo que, según desde el punto de vista de la época, era para hombres, el mundo podía hacer dos cosas: o reírse, o echar las manos a la cabeza. Eligieron lo primero, y, como consecuencia, Payne y Cannon tuvieron que luchar el doble por dejar su huella en el mundo.
Ahora bien, las mujeres son iguales que los hombres. O, al menos, deberían serlo. No hay una diferencia que impida a unos hacer lo que hacen los otros siempre que ambos grupos se esfuercen. La clave está en trabajar unidos, no enfrentarse, y eso es lo que se hizo mal durante mucho tiempo. Quizá si hubieran dejado a mujeres estudiar e investigar mucho antes, ahora tendríamos más descubrimientos, o los mismos, pero hubieran sido más rápidos. Y si se hubiera trabajado en equipo desde el principio, habría muchísimas más posibilidades.Aún hoy en día hay muchos problemas, así que, aún con todo, nos queda bastante camino por recorrer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario