Hoy en clase vimos un vídeo acerca de las extinciones masivas y cuál podría ser su causa. Aunque estos hechos pudieron atribuirse a muchos factores, fue con el hallazgo de Walter Álvarez, hijo del Premio Nobel Luis Álvarez, de un estrato en la separación entre las capas de los períodos Cretácico y Terciario, donde empezaron las verdaderas teorías.
El estrato en cuestión era una concentración de iridio más alta de lo normal, pero, ¿qué podría haberla causado? Estratos parecidos se daban en otros territorios de la Tierra, debidos, se asumía, a erupciones volcánicas repetidas. Pero algunos de ellos eran diferentes, más finos, con más capas.
Surgió entonces la teoría de Álvarez, que sostenía que en algún momento un meteorito de gran tamaño impactó contra nuestro planeta y cuyos gases cubrieron el mismo, inhabilitando a la luz solar para entrar y deteniendo entonces el ciclo de la vida.
Cuando los científicos estudiaron las distintas extinciones en masa, se percataron de que estas eran periódicas, aunque separadas por varios años. ¿Qué podía causarlas, entonces?
A esto le dio respuesta la teoría de Némesis, una estrella "contraria" al Sol, y que se asumía se acercaba a este en períodos de millones de años, interrumpiendo la rotación de los satélites que giraban alrededor de este astro y sacándolos de su órbita.
Creo que es una teoría bastante factible, porque es, básicamente, una reacción en cadena. Si algo en esta cadena cambia, todo lo siguiente cambiará también. Pero es importante el fallo de Némesis, ya que, aunque las extinciones masivas fueran lineales, no se registró un campo gravitatorio establecido para el astro. Pero, ¿y si había más de una Némesis, o una estrella similar? Aunque el motivo de la extinción de los dinosaurios aún no ha sido descubierto del todo, cada vez estamos más cerca.
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