La sanidad es algo a lo que todos podríamos recurrir en nuestro día a día. Sin embargo, esta puede ser gratis para nosotros y costosa para el Estado, o al contrario. Hablamos entonces de sanidad pública y privada, respectivamente.
Pero, ¿qué diferencias mayores hay entre ambas?
La principal desventaja de la sanidad pública son los tiempos de espera y los recortes cada vez más presentes en nuestro tiempo. Los días de espera para operaciones o para el resultado de alguna prueba, o sólo para poner una simple vacuna, pueden ser cruciales. Es más, normalmente hay que pasar varios filtros con varios médicos antes de obtener "algo" que nos pueda ayudar de verdad.
Sin embargo, no todo son desventajas. Aparte de lo gratis que pueda ser, los hospitales de Seguridad Social suelen obtener más medios que los de sanidad privada por estar patrocinados por el Estado, lo que quiere decir que, a pesar del tiempo de espera, los resultados pueden ser muy positivos.
Por otro lado, la principal desventaja de la sanidad privada es el dinero. La mayoría de los hospitales se basan en métodos de copago que hay que abonar cada mes o, dependiendo de la institución, cada vez que se acuda a consulta. Otro de los inconvenientes es que no cubren las enfermedades crónicas.
Aquí, al contrario que la otra, hay que agradecer que aquí no hay grandes listas de espera y tratamiento individual.
Después de esto, ¿es mejor la sanidad pública o la privada?
Pues depende para qué. Si tu caso es algo "raro" o que no se pueda permitir esperar, quizá es mejor invertir en salud y tirar de sanidad privada. Sobre todo si hablamos de casos concretos o ya avanzados que la sanidad pública no podría cubrir en poco tiempo. Si, por el contrario, tu enfermedad o situación es algo más común o no desarrollada, y puede permitirse esperar, entonces es mejor optar por sanidad pública con la que te podrás ahorrar una importante suma de dinero.
Un punto positivo de la sanidad pública es que si una persona no tiene grandes sumas de dinero y tiene algo grave, probablemente será posicionado primero en las listas de espera y tendrá que esperar menos, al contrario de casos como EEUU en el que, independientemente de tu Estado o salario, tienes que pagar siempre la misma suma.
Por esto, aunque en una primera instancia parezcan contrarias, se podría considerar que ambas son complementarias. Una cubre lo que la otra no puede, y, dependiendo de las necesidades del demandante, se podrá optar por una y otra, lo que permitirá tratar casos incluso con mayor eficacia.
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